Fallece Paul Alexander
Paul Alexander, conocido como ‘Polio Paul’, ha dejado un legado que va más allá de las limitaciones físicas impuestas por la poliomielitis. A sus 78 años, este valiente hombre falleció después de vivir más de siete décadas dentro de un impresionante pulmón de acero. La noticia del fallecimiento fue anunciada por la organización GoFundMe, que recaudaba fondos para sus necesidades médicas.
Inicio de una Lucha Incansable
En 1952, a los seis años, Paul contrajo la poliomielitis, una enfermedad que dejó su cuerpo paralizado del cuello para abajo. Este desafío temprano marcó el inicio de su lucha incansable, que lo llevó a depender de un pulmón de acero para sobrevivir. La polio, transmitida por un virus, atacó su médula espinal, provocando la parálisis y cambiando su vida para siempre.
La Máquina que Sostuvo su Respiración
El pulmón de acero, es una cápsula hermética que tomaba oxígeno y permitía la expansión de los pulmones, se convirtió en el aliado constante de Paul. Inicialmente, en 1959, más de mil estadounidenses dependían de esta máquina; sin embargo, con el tiempo y la introducción de la vacuna contra la polio, su uso disminuyó drásticamente. Para 2014, solo quedaban 10 personas en Estados Unidos utilizando este dispositivo.
Educación y Carrera en Medio de Desafíos
A pesar de las limitaciones físicas, Paul Alexander no se rindió ante las adversidades. Ingresó a la Universidad Metodista del Sur, asistiendo a clases en una silla de ruedas, desconectándose parcialmente de su máquina y aprendiendo a “respirar como una rana”, según The Guardian. Su dedicación le permitió obtener un doctorado en derecho en la Universidad de Texas en Austin en 1984, realizando un sueño que perseguía desde hacía mucho tiempo.
El Activista y Autor
Además de sus logros académicos, Paul Alexander se convirtió en un activista comprometido. Organizó una sentada por los derechos de las personas con discapacidad, destacando su firme defensa por la igualdad y la inclusión. Su contribución no se detuvo aquí; en 2020, publicó sus memorias, tituladas “Tres minutos para un perro: mi vida en un pulmón de hierro”, un testimonio de determinación que escribió meticulosamente con una lapicera atada a un palo en su boca.
Un Legado de Inspiración y Amor
A pesar de las adversidades, Paul Alexander experimentó el amor y estuvo a punto de comprometerse con Claire. Aunque la relación fue desaprobada por la madre de Claire, el destino tenía preparado un encuentro especial. Conoció a Kathy Gaines, quien se convirtió en su cuidadora y compañera durante varios años. Su vida, marcada por desafíos y amor, deja un legado de inspiración para todos nosotros.
Aunque el pulmón de acero fue su constante compañero, la fuerza de su espíritu y sus logros trascienden las limitaciones físicas.